La otra cara de las custodias compartidas

Custodias Compartidas

Aunque no siempre es la mejor opción para los menores, el tipo de régimen de custodia compartida ha ido en aumento a lo largo de la última década, una decisión que en muchos casos es perjudicial para los niños, principalmente en aquellos casos en los que no hay acuerdo entre los progenitores.

Una custodia compartida no siempre es lo más apropiado por motivos diversos, llegando a afectar a los menores, por ejemplo, a la hora de tener una estabilidad de cara a su rendimiento escolar, viéndose obligados a alternar de hogar semanalmente en algunos casos.

En muchos casos se concede la custodia compartida considerando que es lo mejor para los menores, pero realmente habría que valorar aspectos como la afinidad o apego que tiene el menor con cada uno de sus padres, quién se ha responsabilizado más de él, etcétera.

Aunque la custodia compartida puede ser la opción más deseable, esta carece de sentido si la igualdad no se corresponde con la realidad social.

Este tipo de custodia también necesita de una situación económica solvente en ambos casos, ya que lo ideal es que los niños, aunque puedan vivir en diferentes casas, lo hagan con un nivel de vida parecido, algo que en la mayor parte de los casos no es posible.

En lo que coinciden los psicólogos es que la custodia compartida, en los casos en los que no hay acuerdo, pueden tener un efecto muy negativo sobre el menor. Una alternancia de domicilio puede afectarle notablemente en un momento en el que se encuentra en pleno desarrollo. No solo les afecta por el simple hecho de cambiar de casa, si no también porque varía la distancia con el colegio o con sus amigos.

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Por esta razón, no siempre las custodias compartidas son la mejor solución para dos personas que deciden divorciarse o separarse.

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