Desde el pasado 19 de julio, los cuerpos policiales como la Guardia Civil o cualquier otro, podrán revisar completamente al conductor si sospechan que este ha consumido drogas o si le hacen la prueba correspondiente y comprueban que ha tomado alguna sustancia. En esa completa revisión se valorará la actitud del conductor, así como su grado de comprensión y capacidad para hablar, así como la coordinación y reacción que pueda tener, entre otros. Además podrán grabar en vídeo la prueba, pudiendo ser este utilizado como prueba en un juicio.
La fiscalía busca que se incremente el número de condenas penales para quienes se pongan al volante tras consumir drogas, sobre todo cocaína o cannabis.
En la actualidad, las condenas penales tan solo se han producido en un 0,5% (251 casos) del total de 49.890 conductores que dieron positivo en este tipo de sustancias, siendo el resto tan solo multados con 1.000 euros de multa y 6 puntos de su permiso de conducción. En cuanto al alcohol, hubo 56.000 casos en los que hubo condena por ello.
Un dato muy a tener en cuenta es que en el pasado año 2018 un 44% de los conductores que fallecieron en accidente de tráfico lo hicieron tras haber consumido alcohol, drogas o psicofármacos.
Otro aspecto a valorar se que mientras que las personas fallecidas al volante se redujo en los últimos diez años, en el mismo periodo se ha duplicado el número de conductores fallecidos tras haber consumido algún tipo de estupefaciente.
Ahora, gracias al Acta de Signos se indicará todo lo relativo al examen que se lleve a cabo sobre los conductores que den positivo o estén aparentemente afectados por las drogas, un examen que será una prueba adicional junto al propio testimonio de los agentes y el examen de saliva.
Además se busca un endurecimiento de las penas y condenas para todos los conductores drogados.