En ocasiones se puede dar el caso de que alguien sospeche que un testamento no satisface las formalidades obligadas en el mismo y decide impugnarlo por considerar que se encuentra ante un fraude testamentario.
Para poder hacerlo se debe evidenciar que, al menos, se da una de las razones que vamos a enumerar a continuación, determinando así que se trata de un testamento nulo:
- Capacidad mental: Se debe justificar que quién redactaba el testamento no se encontraba en plenas facultades mentales mientras realizó el mismo.
- Error en la ejecución: En este caso, aquella persona que decide impugnar un testamento, lo hace argumentando que en la redacción del mismo se han cometido determinados errores, como que no hubiese algún testigo o que el testador no fuese consciente de alguno de los puntos.
- Fraude (o coerción): En este caso, quién opta por impugnar el testamento debe probar que el testador se encontró presionado o influenciado para con con sus bienes tras el fallecimiento.
Teniendo cuenta lo anterior es importante llevar a cabo una serie de trámites para la impugnación del testamento. Es necesario llevarlo a cabo con la mayor prontitud posible, de forma que así se evitará que otros individuos puedan verse beneficiados de manera injusta.
Ante la duda de si se está produciendo algún tipo de fraude testamentario por las razones indicadas u otras, lo importante es que te pongas en manos de un abogado, que te podrá indicar el tiempo del que disponer y de los documentos que se deben presentar para poder impugnar el mismo, ya que esto puede variar en función de cada autonomía.
Existen varias opciones diferentes para hacer un testamento, si bien en algunos casos es muy sencillo incumplir los requisitos marcados por la ley, haciendo que los herederos puedan tener cierta dificultad para poder demostrar que es un testamento completamente válido y auténtico.