Los esfuerzos de España para proteger el derecho a la alimentación

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A raíz de la Cumbre Parlamentaria Mundial contra el Hambre y la Malnutrición celebrada en Madrid, el pasado mes de octubre, la cual convocó a más de 200 legisladores de 80 países distintos, con el objetivo de debatir sobre las distintas formas de malnutrición, la seguridad alimentaria, la promoción de la agricultura sostenible y el ponerle fin al hambre, España se ha replanteado el actuar que precisa para proteger el derecho a la alimentación, de ahí que varios líderes políticos se encuentren en plena labor parlamentaria para alcanzar todo lo que implica esta meta.

Con el requerimiento de una legislación bien desarrollada que facilite poner en lo más alto de la cima este derecho, es crucial abandonar el pensamiento de que estas problemáticas solamente se viven en África, ya que lo cierto es que, al no estar reconocido concretamente por ninguna ley o constitución, ni en España ni en la Unión Europea, es que se empieza a hablar de una obligación que no debe postergarse más.

La importancia del derecho a la alimentación

Puesto que la alimentación jamás debe ser vista como un acto de caridad, sino como una obligación y una prioridad por parte de los gobiernos, es que se insiste en lo valioso que sería que este derecho hiciera parte explicita de los artículos expuestos en la constitución, ya que, de esta forma, tanto los ciudadanos como los jueces y funcionarios, podrían tener la plena claridad para hacer defender lo que por derecho les corresponde.

Considerando que no se trata únicamente de tener algo para llevarse a la boca, sino del acceso a productos sanos que contribuyan al ideal de forjarse una vida digna, en preocupante como en España se tiene conocimiento de la existencia de unos 600.000 hambrientos y del incremento de enfermedades tan mortales como la obesidad.

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Tras la creación de la Alianza Parlamentaria en pro del derecho a la alimentación los problemas no por la escasez sino por las gestiones poco efectivas quedan a la vista, algo que reaviva lo imperioso de tomar acciones concretas para que todo esto finalmente pueda ser parte del pasado.

El ejemplo de los países latinoamericanos

Un caso para destacar es el de Guatemala, nación que no conseguía un buen consenso respecto a los aspectos fiscales para que su Parlamento le diera el visto bueno a la aprobación del incremento en el presupuesto para la alimentación escolar. Pese a esta contrariedad, las asperezas lograron ser resueltas y hoy en día dicho presupuesto no solo se logró, sino que también se duplicó.

Con la obesidad como actor principal y la alternativa de la comida industrializada como la más económica, llevar a cabo una transformación que garantice el que las personas se enteren de lo que contiene verdaderamente aquello que consumen sirviéndose de un etiquetado honesto, es un complemento al hecho de los legisladores muy por encima de color político, se encuentren más que prestos a cooperar y comprometerse hasta que el ejercicio de este derecho sea algo cotidiano para el mundo entero y no para unas cuantas regiones.

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